Sebastien


Un domingo cualquiera de hace aproximadamente cinco años, me encontraba en la Plaza Mayor de Salamanca con la intención de cenar allí con algunos amigos la "comida" que acababa de comprar, si es que a los productos de McDonalds se les puede llamar comida. Por aquel entonces aún estaba permitido comer en la Plaza. Tomar el sol medio desnudo, jugar al fútbol, estudiar e incluso vivir en la Plaza nunca llegó a prohibirse.



Como suele ser habitual, la mayor parte de los bancos estaban ocupados y había un gran bullicio. En uno de aquellos bancos, estaba sentado un chico de unos veintitantos años, cargando una gran mochila y haciendo anotaciones en un pequeño cuaderno. Uno de mis compañeros apuntó: "Sentémonos ahí, seguro que en cuanto lo hagamos ese tipo se levantará y se irá". Nos aproximamos a él y ocupamos el banco y sus alrededores. Pero el joven permaneció allí, mirándonos con una cálida sonrisa. No sabíamos qué decirle. Hubo quien optó por ofrecerle patatas fritas. Mentiría si pretendiera recordar el motivo por el cual surgió la conversación. Pero en pocos minutos supimos que era italiano y que se llamaba Sebastien, si bien había nacido en Sudáfrica. Volvía de Porto y pensaba pasar sólo aquella noche en Salamanca. No sabía bien qué ver ni qué hacer. Una hora después, le habíamos enseñado nuestras magníficas catedrales, la famosa rana, las elegantes Conchas, la imponente Clerecía y el Huerto en el que tantos suspiros hemos olvidado.



Su agradecimiento fue inmenso, su sonrisa aún más. Y su última frase tras un rápido intercambio de teléfonos fue: "I will keep in touch". Un clásico de cualquier despedida.



Cinco años después, el italiano que conocimos fugazmente aquella noche, no ha dejado de alegrarme con miles de noticias sobre su trabajo, sus interminables y apasionantes viajes y su vida. No se ha cansado de interesarse por mis planes, mis aventuras, mis proyectos. Una estrella cuya estela dura ya cinco años.



Hoy me alegro inmensamente de saber que acabas de ser padre.

Comments

Anonymous said…
preciosas, las estrellas fugaces
Aconcagua said…
Ya me acuerdo...que noche mas surrealista aquella...uno de nuestros primeros domingos en la bella salmantica...Nunca nos imaginamos que seguirías en contacto con este chico tanto tiempo, fijate, sabes mas de la vida de Sebastien que de algunos de los que estuvieron con nosotras esa noche en la plaza...

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