Imanes


El hierro es un material ferromagnético y, según algunas teorías, está constituido por un conjunto de dominios magnéticos (pequeños cristales de hierro) que se encuentran ordenados al azar. Si conseguimos que esos dominios se orienten todos en la misma dirección, el objeto de hierro se habrá magnetizado. Es lo que ocurre cuando juntamos un clavo con un imán. Al separarlos el clavo ha quedado magnetizado y se comporta también como un imán.
La fuerza atractiva de los imanes varía en relación a la masa de la armadura y a la manera con que ésta se expone a la acción atractiva.
Hoy me sorprende cómo nos magnetizamos con respecto a ciertas personas o aspectos de nuestra vida. ¿Serán las mismas fuerzas atractivas que justifican la unión de un clavo y un imán las responsables de que a veces seamos marionetas en los hilos del destino? ¿ Somos nosotros quienes creamos estas interacciones?
A veces, una atracción fatal. Un destino inevitable. Y si bien la libertad me pidió ayuda, me resisto a desimanarme. Aún.

Comments

Anonymous said…
También duele cuando sientes que te desimantas......
Y duele cuando a pesar de todo, sigues imantado....

Todo duele?

Quizás aquí pega una de mis sentencias favoritas: "he vivido demasiado tiempo con el dolor: sin él, ya no sabré quién soy"

(sólo por si acaso:tu ferrita sigue magnetizando ;P)
Dawidh said…
Sin duda, los vínculos emocionales de necesidad son los peores: duelen cuando están, duelen cuando desaparecen y duelen cuando son recordados.
Anonymous said…
Holas =DD

Claro, a veces nos aferramos a cosas o personas... lo mas doloroso es que muchas veces damos más de lo que obtenemos, es doloroso, aunque no nos queramos dar cuenta de que eso no vas más allâ para la otra persona. Es dificil quitar un disfraz como ese, de verdades y mentiras...

Saludos

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