El niño con el pijama de rayas (II)

Hace tiempo hablé de la novela de John Boyne que recibí de un amigo al que siempre apreciaré. Ayer vi la película. Aunque ni les había puesto cara a los personajes ni tampoco había esbozado en mi mente los paisajes, me vi gratamente sorprendida por la adaptación cinematográfica. Aunque quizá esto np signifique mucho teniendo en cuenta que nunca había imaginado cómo podría ser Bruno. Tanto el libro como la película son delicados e ingenuos, y es esa sencillez lo que les hace especiales. Un cuento para niños que, sin embargo, no es ninguna ficción. Y aunque a veces nos parece agua pasada, los resultados electorales de países como Austria, al que por otra parte adoro, nos hacen temer por las ideologías de Europa.
Sí que eché de menos en la cinta esos magníficos diálogos entre los niños que constituyen la esencia del libro.

Comments

Anonymous said…
Definitivamente, me quedo con el libro...

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