https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2XO6IHrhe9xNtDD-fB7Gk2yPTiJHXbdV2EhX-DJwCBqE3ed-0eyaH30MszjfiJRBnjPekuAh01orU9iWYTIHq3E3Z9IlbY313nSoCDp0dPtQ9LqBbi1MEfkLeyhxE9MClQgDQdF1NK0gH/s1600/magritte_pipa.jpgEcho de menos aquellas largas noches de estudio en la biblioteca de mi residencia... Daban para tanto. Quizá sólo avanzaba dos o tres folios, pero me enteraba de los últimos cotilleos, oía cantar a la tuna cuando se acercaba a la ventana y me despedía con el camión de la basura. Pequeñas cosas, grandes recuerdos. Los búhos solitarios siguen despiertos en otras latitudes pero se sienten solos. En el país donde ahora vivo la noche es para dormir y nadie la encuentra tan interesante.
Hace poco estuve en una exposición del pintor belga Magritte y me impactó considerablemente. Un artista con un estilo único e irrepetible, obsesionado con cortar cabezas desde que su madre se suicidara tirándose por un puente con una bolsa en la cabeza cuando él era aún un niño. Un acto tan trágico capaz de marcar una vida y todo un estilo artístico.
Siento que muchos pequeños, grandes, trágicos, alegres momentos de cada día nos definen de una manera que no podemos llegar a entender.
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A ver cuándo vuelvo yo a escribir, lo echo de menos, y no quiero que eso también se convierta en un mero recuerdo
Besos
B.