El último Rey de Escocia


Aunque no soy gran seguidora de la Gran Pantalla, no hace mucho tiempo vi una película que me impresionó. La escogí por su título: "El último Rey de Escocia" ante mi inminente partida a la tierra del tweed y del whisky. El hecho de ver a un hombre negro (Forest Whitaker) en la carátula de la cinta, me hizo sospechar que quizás no tuviera mucho que ver con el país de William Wallace.

Y en efecto, poco o nada verde puede verse en la cinta. James McAvoy es un recién graduado médico escocés que, como muchos de nosotros, decidió un día dar un gran cambio a su vida. Pensó que el hospital de su barrio era demasiado cómodo y que necesitaba algo más emocionante en lo que invertir sus conocimientos médicos. Así pues, tomó un globo del mundo, lo hizo girar y con los ojos cerrados apuntó un país. Que resultó ser UGANDA. Y se dijo a sí mismo: There we go!

Cogió sus cosas y pronto se encontró de misión médica en este país de África. Si el destino realmente existe, podremos entonces decir que por sus designios, el escocés terminó prestando sus servicios a uno de los personajes más bárbaros de la historia del continente Africano: Idi Amin, interpretado por Forest Whitaker (ganador de un Oscar por dicho papel). Amin lo elige como su médico personal y confidente íntimo. Y si bien el médico se siente al principio halagado por su posición, pronto descubre las atrocidades cometidas por el presidente de Uganda. Tantas salvajadas se convierten en un horror para el joven, quien decide abandonar el país. Su lucha por abandonar esta pesadilla se convierte en un auténtico horror.

Aunque la película no es ninguna lección de Historia sobre el genocidio de Uganda, presenta una gran parte de realidad que la hace más interesante.

El joven médico llegó a Uganda con una maleta llena de sueños y buenas intenciones. Podría haber hecho mucho bien. Acabó cometiendo errores por dejarse seducir por la codicia y el poder.

Tu corazón es libre, ten el valor de hacerle caso. Sé capaz de escucharlo entre los ruidos del éxito y la celebridad.

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